La barca de madera y remos
se desliza entre el agua del estanque
al borde del césped
Sobre el césped los jardines de cerveza
y helado de nata y fresa salvaje
las risas de domingo
entre faldas largas y zapatos planos
de colores de verano
La barca de madera y remos
despierta en su inercia
los nenúfares dormidos
la luz brillante y viva
nos envuelve como regalos de cumpleaños
La picadura de avispa
en un punto extraño de la mano
la risa de Lucía
el pelo al viento de Enrique
la luz brillante y viva
quiere despedirse pero no se atreve
Los árboles paternales
cuidan del cuadro completo
avistan la abundancia del día libre
sin poder remojarse
Veo su tronco y sus hojas
y no pienso en sus raíces
ni en las mías
Nadie me dijo
que podría ver lo que se esconde bajo la tierra
no era el momento
ha sido mejor descubrirlo sola
El final de una excursión que empezó hace tiempo
Huevos pasados por agua sobre pan caliente y mantequilla derretida
Qué afortunada
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