martes, 31 de mayo de 2011

tarde de domingo

La barca de madera y remos
se desliza entre el agua del estanque
al borde del césped

Sobre el césped los jardines de cerveza
y helado de nata y fresa salvaje
 las risas de domingo
entre faldas largas y zapatos planos
de colores de verano

La barca de madera y remos
despierta en su inercia
los nenúfares dormidos
la luz brillante y viva
nos envuelve como regalos de cumpleaños

La picadura de avispa
en un punto extraño de la mano
la risa de Lucía
el pelo al viento de Enrique
la luz brillante y viva
quiere despedirse pero no se atreve

Los árboles paternales
cuidan del cuadro completo
avistan la abundancia del día libre
sin poder remojarse

Veo su tronco y sus hojas
y no pienso en sus raíces
ni en las mías

Nadie me dijo
que podría ver lo que se esconde bajo la tierra
no era el momento
ha sido mejor descubrirlo sola

El final de una excursión que empezó hace tiempo

Huevos pasados por agua sobre pan caliente y mantequilla derretida

Qué afortunada

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