Lo vemos de pequeños
en las rosas que nos llegan
y lo olvidamos
Llevo años enganchada
al tallo siniestro
de la vida que empieza
mal comenzada
He buscado perdida
buscar para no encontrase
para diluirse
en la inmensidad mala
de la propia imaginaciòn
de la mia
a tí te creía amiga
En un cambio de chaquetas
tardío
te he ofrecido
ante Dioses Incas
La manga ya no es de lana gruesa
el gris suave la envuelve
estricto en su color
Toco tocando ahora
toco sintiendo
consciente
y porfín
después de tantos viajes oculares
de tantos caminos
y chinas en el zapato
y sangre en el calcetín de hilo
Sopla la ternura
en el viento de verano
de mi futuro incierto
y amigo
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